 Por Alfonso Somoza @sukosomoza | Google + |
Desde la desaparación de los motores dos tiempos en las motos deportivas de media y gran cilindrada, han sido muy pocos los fabricantes que han apostado por este tipo de propulsores, penalizados por unas normas anticontaminación que, año tras año, incrementan las exigencias para limitar su nivel de emisiones.
Los alemanes de Ronax fueron los primero en intentar hacerse con un minúsculo nicho de mercado presentando en 2014 su Ronax 500 (leer noticia), una deportiva propulsada por un motor fabricado en aluminio de 2 tiempos, 499 cc, cuatro cilindos en V a 80º, inyección electrónica y 160 cv de potencia a 11.500 rpm.
Una moto valorada en algo más de 100.000 euros que, además de poder ser exprimida en circuito, estaba homologada para poder circular por carretera. Con 145 kilos de peso y una parte ciclo de primera (Brembo M50, Ohlins CNC, TTX, llantas forjadas...), sus 160 cv de potencia y su sonido 2 tiempos son un auténtico orgasmo para cualquier amante de las motos deportivas.
La Suter MMX500 también se puede comprar con decoración Rothmans
Después llegó Suter y dio un golpe sobre la mesa con su MMX 500 (leer noticia), una moto con algo más de cilindrada que la Ronax (576 cc) y la misma configuración V4 para su motor dos tiempos. La máquina suiza elevaba la potencia de su propulsor hasta los 195 cv para 127 kilos de peso, una auténtica bestia destinada a los circuitos de velocidad -debutó en el TT de la Isla de Man junto a Ian Lougher- sin posibilidad de ser matriculada.
Tras la reciente presentación de la Honda CBR 1000 RR Fireblade 2017, el artista Kardesign se preguntó, ¿qué pasará si la marca del ala dorada recuperase un mito como fue la NSR 500 aprovechando la estética y los componentes de la Fireblade moderna?
Así sería la Honda NSR 500R 2017 según Kardesign
Dicho y hecho, se puso manos a la obra con su ordenador para crear este espectacular concept basado en la nueva CBR 1000 RR 2017, una NSR 500R 2017 que destaca por sus cuatro salidas de escape (dos bajo el colín) y su llamativo basculante monobrazo, una seña de identidad más propia de la saga RVF. ¿La decoración? No podía ser otra que la histórica Rothmans con la que Spencer, Gardner y Lawson ganaron sus respectivos mundiales de 500 en la década de los 80.
Como ya sabrás, Honda nunca llegó a sacar una versión de calle de su NSR 500. Lo más cercano que existe es un kit específico que se puede montar en la NS400R de calle que incrementa su cilindrada y potencia para hacerla más radical en carretera. ¿Por qué no recuperar ahora este mito?
